20 Mar

La Leyenda sigue viva (Jesse Owens)

La Leyenda sigue viva (Jesse Owens)

James Cleveland Owens Nacido el 12 de Septiembre de 1913 en Oakville, Alabama. Fue un atleta estadounidense que ganó fama internacional al conquistar cuatro medallas de oro en los juegos olímpicos de Berlin.

Su infancia no fue nada agradable ya que a los siete años de edad la vida de Jesse estuvo a borde de la muerte tras sufrir una grave neumonía, al pasar el tiempo nada bueno paso  para él ya que a los nueve años su familia se mudó a Ohio su madre decidió meterlo a la escuela en la cual sus compañeros de clase se burlaban de el por su aspecto y apariencia física, por lo cual decidió no hacer amigos y todos sus recesos decidió correr el campo de béisbol de la escuela.

Ya en el instituto, su profesor de gimnasia Charles Riley quedó deslumbrado por la velocidad de Jesse y supo que en pocos años sería el mejor atleta del mundo. Basado en esto el profesor le dio la oportunidad de entrenar antes de clases, fuera del horario habitual debido a que en las tardes Owens tenía que trabajar.

Tras el talento mostrado la universidad Estatal de Ohio decidió ficharlo tras asegurarle el trabajo a él y a su padre, ya compitiendo para esta institución logro marcar una época dorada consiguiendo ocho campeonatos universitarios.

Su leyenda comienza  a escribirse el 25 de mayo de 1935, en Ann Arbor, Míchigan en la clasificación para los juegos olímpicos  de Berlin.

Jesse estableció cuatro records mundiales en diferentes categorías 100 metros lisos (9,4 segundos), salto de longitud (8,13 metros), 220 yardas (20,3 segundos) y 220 yardas vallas (22,6 segundos). Convirtiéndose en la primera persona que bajaba de los 23 segundos en esta última prueba. A raíz de la gesta, se le empezó a conocer con el sobrenombre de “el Antílope de Ébano”.

En 1936 Owens llego a sus primeros juegos olímpicos de Berlin, El día 3 de agosto Jesse Owens ganó su primera medalla de oro. La conquistó en la carrera de los 100 m con un tiempo de 10,3 s, por delante de su compañero de estudios Ralph Metcalfe.  Al día siguiente, el 4 de agosto, consiguió su segundo triunfo de los juegos en el salto de longitud con una marca de 8,06 m, el 5 de agosto se adjudicó la carrera de los 200 m con un tiempo de 20,7 s por delante de Mack Robinson y con esto conquisto su tercera medalla olímpica  y el 9 de agosto se llevó su cuarta medalla de oro en la carrera de relevos 4×100 m.

Owens fue aclamado por 110.000 personas en el Estadio Olímpico de Berlín y más tarde, muchos berlineses le pedían autógrafos cuando le veían por la calle.

Tras su retiro el  ex campeón olímpico trataba de ejercer como promotor deportivo, específicamente como organizador de eventos. También participaba en carreras de velocidad de 100 yardas (91,44 m) en las que daba la ventaja a sus competidores de adelantarse 10 o 20 yardas, pese a lo que resultaba ganador al final de la carrera. Además siguió participando en espectáculos donde desafiaba a caballos de carreras. Como revelaría posteriormente, se enfrentaba a un caballo que se asustaba fácilmente con el ruido de la pistola de salida, lo que le impedía hacer un buen trote.

 

Jesse Owens fumaba una cajetilla diaria de cigarrillos y se mantuvo así durante 35 años.  Pero en diciembre de 1979 comenzaron sus entradas y salidas del hospital por padecer cáncer de pulmón. Murió a los 66 años en Tucson, Arizona, el 31 de marzo de 1980 rodeado de su esposa y demás familia. Sus restos se encuentran en el cementerio de Oak Woods en la ciudad de Chicago.